Los relojes favoritos de todos lo tiempo son los de correa de piel, ya que hacen lucir una pieza sencilla o minimalista con mucha presencia, adaptándose a casi todas las ocasiones, y siempre lucirán elegantes.
Por ser duraderas y resistentes muchas veces se deja de un lado su cuidado, pero lo cierto es que para que permanezcan en buen estado deben tener un cuidado a la altura, de lo contrario pueden lucir sucias, porosas y hasta con un olor poco agradable. Es importante tener en cuenta que no todas las pieles son iguales, es decir algunas correas tienen mayor concentración de grasa de grasa, lo que puede hacerla quebradiza con el tiempo, mientras que las más económicas a menudo solo duran unos pocos meses.
Cuando adquieras un reloj con una correa de este material, asegúrate de elegir la adecuada, escoge las que tengan un borde áspero y una cierta pátina en la superficie.
El mantenimiento de tu correa de cuero es absolutamente necesario para mantener una correa en buen estado, que tenga el mismo atractivo estético que el día de la compra.
Evita el contacto con el agua: No importa si el reloj es resistente al agua, nuestra sugerencia es que te lo quites antes de lavarte las manos o meterte en la ducha.
No uses lociones: Para reducir la decoloración y los daños, limita su exposición a sustancias como perfumes, repelentes, lociones y aceites corporales.
Déjalo descansar: Así como lo leíste, el cuero necesita descanso y respiro. Quítate el reloj antes de dormir y antes de practicar cualquier deporte, ya que el calor produce sudor y humedad que pueden desgastar el cuero con bastante rapidez. Además, el sudor causa malos olores, estos pueden eliminarse con los acondicionadores adecuados.
No ajuste tanto tu correa: Si ajustas la correa demasiado esto causa deterioro a corto plazo en la correa.
Cuidado con el sol: La exposición prolongada a los rayos del sol pueden endurecer la suavidad natural del cuero genuino y tienden a decolorar la correa.
¿Cada cuánto tiempo se tiene que limpiar la correa del reloj?
Se recomienda hacerlo una vez al mes, siempre dependiendo del uso que se le dé a reloj. En el caso de mojarlo con agua de alberca o de mar se recomienda limpiarlo de inmediato con un paño que no deje pelusas, mojado ligeramente con agua.
Es importante conocer bien qué tipo de reloj tienes en tus manos, es decir, el material por el que está compuesto, el tiempo que lleva sin utilizarse, si es o no resistente al agua, debido a que todos los factores influyen a la hora de mantenerlo en buenas condiciones.
En el caso de que la pieza sea una reliquia de familia o una pieza delicada es mejor que lo lleves a un profesional que te aconseje cómo limpiarlo y ofresca el servicio de mantenimiento o incluso de restauración de ser necesario. Para ello te invitamos a visitar nuestras sucursales para que tu pieza esté en manos de expertos.
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