El movimiento de un reloj es el corazón de la pieza, se trata del mecanismo que consigue medir el tiempo con precisión. Puede parecer un proceso estable, pero las grandes marcas relojeras siguen desarrollando nuevos mecanismos, capaces de conseguir una exactitud increíble, además de incorporar nuevas complicaciones.
En esta ocasión vamos a analizar cómo funciona el movimiento de un reloj, qué partes componen su estructura habitualmente y algunos consejos para proteger y mantener el mecanismo de un reloj de lujo.
Qué es el movimiento de un reloj
El movimiento de un reloj es el mecanismo que le permite medir el tiempo. Existen diferentes tipos de mecanismos, pero todos se basan en la premisa de que la estructura interna del reloj debe moverse de manera regular, para evitar que se adelante o se atrase.
Además de la medición de segundos, minutos y horas, el movimiento también incluye todas las complicaciones que caben en un reloj, desde el calendario hasta las fases lunares.
Existen dos tipos esenciales de movimiento en la industria relojera, el movimiento de cuarzo y el movimiento mecánico.
Movimiento de cuarzo: Por una parte son muy precisos y además no requieren mantenimiento. El cristal de cuarzo vibra, debido a la corriente eléctrica que genera una pila, un chip diminuto convierte las vibraciones en impulsos, que llegan a un motor eléctrico que mueve las manecillas. Estos relojes son además muy económicos.
Movimiento mecánico: En este caso la electricidad no tiene ninguna función, el movimiento se basa en un dispositivo de cuerda que mueve distintas piezas mecánicas. Estos relojes son más delicados que los anteriores, menos precisos y necesitan un mayor mantenimiento, entonces, ¿por qué optar por un reloj mecánico?, porque la mecánica es la esencia de la relojería.
En esta ocasión nos vamos a centrar en el movimiento automático de los relojes para analizar qué es un movimiento.
Cómo funciona un movimiento mecánico sin cuerda
Hasta hace unas décadas era necesario dar cuerda a los relojes para que su mecanismo funcionase, en la actualidad basta con el propio movimiento de la mano para que el mecanismo completo del reloj funcione, gracias a varios siglos de investigación.
La explicación más sencilla para comprender cómo funciona un reloj mecánico accionado por movimiento es la siguiente:
Todos los relojes automáticos tienen un resorte motor que almacena energía cuando se enrolla, y la va liberando poco a poco expandiéndose. Este motor adquiere la cuerda por medio del movimiento, gracias a un rotor y un trinquete, que transmiten el movimiento.
El rotor gira en torno a un eje central, dispone además de un juego de bobinas, al pivotar hacia los lados da cuerda al mecanismo, el trinquete evita que la cuerda se pierda al girar en el sentido contrario, bloqueando su movimiento en sentido opuesto.
El resorte motor se va desenrollando poco a poco, por eso el reloj puede funcionar sin necesidad de que estemos en movimiento, ya que dispone de una reserva de marcha que, dependiendo del modelo, puede ser mayor o menor.
¿Es suficiente con el resorte motor, el trinquete y el rotor para que funcione un reloj automático?, sí, pero los movimientos son mucho más complejos, debido a que disponen de más complicaciones que obligan a introducir otras piezas.
Cómo funciona el mecanismo del calendario mecánico
El funcionamiento del mecanismo del calendario es sencillo, se basa en el mecanismo de la rueda de las horas, que describe una vuelta completa cada 12 horas, es decir, dos al día. Por medio de una serie de engranajes, el día varía cada vez que la rueda de las horas da una segunda vuelta completa, es decir, a las doce de la noche en punto.
El calendario perpetuo es capaz de medir por sí solo los meses de 28, 30 y 31 días, incluso, una vez cada 4 años, un complejo mecanismo se activa para contar el día 29 de febrero.
Existen varios mecanismos capaces de activar un calendario perpetuo, pero el más habitual consta de una rueda de 48 levas, una por cada mes en un ciclo de 4 años, esta leva es la que agrupa los meses dependiendo de los días.
Más complicaciones: el ciclo lunar
Hay mecanismos que disponen de todo tipo de complicaciones, uno más o menos común es el contador de fases lunares. Los ciclos lunares no son exactos, de hecho duran 29 días, 12 horas, 44 minutos, 2 segundos y 8 décimas, por lo tanto es necesaria una rueda de 59 dientes capaz de calcular ciclos de 29 días y 44 minutos, la consecuencia es que cada 3 años hay un error de un día, que debe corregirse.
Otras piezas en el movimiento de un reloj mecánico
Además de las que hemos visto, para potenciar la exactitud de un reloj mecánico existen otras piezas, como las siguientes:
Áncora: Se trata de una pieza que transmite la fuerza de la cuerda al volante regulador.
Volante: Rueda de metal que alberga la espiral y regula la marcha de los engranajes.
Tourbillon: Dispositivo inventado por Breguet en forma de jaula móvil, y que permite anular el efecto de la gravedad en el mecanismo.
Barrilete: Se trata de una rueda dentada cilíndrica que contiene el muelle real.
Escape: Existe el escape y el escape co-axial. Lo que consigue es regular las oscilaciones del volante.
Fusee: Es una pieza cónica dentada que, en algunos modelos, sustituye al barrilete.
Rubíes: Permite reducir el desgaste de los engranajes.
Puente: Pieza de metal en la que giran los pivotes de las ruedas del reloj.
Válvula de escape de helio: Es un mecanismo especial que se utiliza en los relojes de buceo, y que sirve para eliminar la presión producida por el helio en las profundidades.
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