Con el verano llega el calor, las ganas de playa, los chapuzones… Pero, ¿sabes cómo afecta esto a tu reloj?
En verano, los distintos componentes del reloj pueden sufrir daños por el sudor, el salitre, o incluso el agua. Te damos algunos consejos para cuidar tu reloj.
Comprueba el hermetismo de tu reloj. Lo primero que debes hacer es fijarte hasta cuántas atmósferas es resistente al agua. Te dejamos una tabla donde podrás comprobarlo.
Si tu reloj es resistente al agua, antes de ir a la playa, llévalo a tu relojero de confianza para que haga una prueba del hermetismo y, si es necesario, cambie las juntas. Asegura bien la corona antes de darte un chapuzón. Si vas a darte un chapuzón y ya sabes que tu reloj es resistente y, además, su hermetismo está en perfecto estado, cerciórate de que la corona está bien ajustada o enroscada. De lo contrario, podría entrar agua… y de nada serviría todo el trabajo previo. Si te bañas en el mar, acláralo luego con agua dulce. Si vas a la playa con tu reloj, acláralo luego en la ducha o bajo el grifo. Necesitas agua dulce para eliminar el salitre, que puede ser muy corrosivo. Ante la duda, llévalo al relojero. Si tienes dudas sobre si ha entrado agua en tu reloj al bañarte con él en la playa o en la piscina, no esperes más: llévalo a tu relojero cuanto antes. El agua tarda en actuar, y, desde luego, eliminar ésta es mucho más sencillo que hacerlo con el óxido, que podría llevarte a perder tu reloj. Evita las correas de piel. Las correas de piel son perfectas para el invierno pero, en verano, tienen dos grandes enemigos: el sudor y el agua. El sudor puede oscurecerlas, en el mejor de los casos, y hasta agrietarlas. Y el agua del mar las puede corroer.
Tienes muchas alternativas: desde brazaletes metálicos hasta otro tipo de correas como las de caucho o de nylon. No lo dejes expuesto muchas horas al sol. Llegas a la playa, te quitas la ropa, y posas el reloj en la toalla… y ahí se queda durante horas. El reloj tiene mecanismos muy complejos que pueden sobrecalentarse, y ya no digamos el material exterior… Si no lo vas a tener puesto, ¿qué te cuesta meterlo en la bolsa o mochila? Si haces submarinismo, lleva el reloj adecuado. Hay relojes específicos para submarinismo. Si no tienes uno, mejor no lleves puesto reloj para bucear, salvo que sea resistente a 200 metros, y haya sido revisado su mecanismo. Para hacer deporte, mejor de cuarzo. En verano solemos hacer más deporte, y el riesgo de que nuestro reloj reciba un golpe o un pelotazo es superior. A la hora de practicar deporte, mejor usa un reloj de cuarzo. Son más resistentes en ese sentido. Si hace mucho que no lo revisas, llévalo al relojero. Los relojes tienen aceites que, con el tiempo, pierden lubricación, y ésta es muy importante para que puedan soportar las altas temperaturas. Por eso, el verano es una buena época para hacer una puesta a punto. Llévalo a tu relojero de confianza para la revisión. Afloja la correa. Además de que el calor dilata la muñeca, en verano es bueno llevar el reloj un poco más holgado para sudar menos. Por eso, es recomendable aflojar la correa. Si es un brazalete metálico o armis, y no sabes ajustarlo, nos lo puedes traer y te lo adaptamos.
Con todos estos consejos, esperamos que tu reloj disfrute contigo muchos veranos. Además, ya sabes que para cuidarlo mejor, tienes a tu disposición nuestro taller de relojería. ¡Felices vacaciones!
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