El público experto en el sector de la relojería, reconoce los relojes automáticos, como piezas únicas que encierran un sentimiento especial. Y es que, estas piezas pueden llegar a convertirse en verdaderos objetos de colección para las personas amantes del movimiento automático.
Si sigues leyendo, aprenderás que es un reloj automático y cómo funciona, los cuidados que necesitan, su duración y muchas cosas más. ¡Comencemos!
Qué es un reloj automático
Un reloj automático, es una pieza única que funciona gracias a la simbiosis entre humano y máquina. Y es que, el movimiento de la persona que lo lleva, lo hace funcionar, aprovechando esto último para mantener un movimiento constante.
Dicho de otra manera, se trata de un reloj mecánico que aprovecha su mecanismo, para darse cuerda con el movimiento del brazo en el que está. La comunión humano-máquina es lo que los hace tan especiales. No hay que cambiarles las “pilas” y se pueden llegar a convertir en un objeto que pase de generación en generación.
Modelos mecánicos automáticos de madera
No existe unión más exclusiva y única, que la combinación de un reloj automático con la madera. Desde Woodenson, hemos diseñado una gama de relojes exclusivos. Combinan el espíritu de la madera con la exclusividad y unicidad de los relojes mecánicos. Y es que, no existen muchos relojes automáticos de madera.
Con personalidad propia, los modelos Woodenson cuentan con las cualidades ideales para pasar a formar parte de las colecciones más exclusivas.
Diseños originales
Tenemos diseños para todas aquellas personas a las que les gusta destacar y llevar puestos los diseños más originales y extravagantes. Su belleza reside en lo poco común, en lo diferente.
Relojes para hombre, o mujer. Los automáticos no tienen distinción por sexo. Los amantes de este tipo de productos saben valorar el esfuerzo, el mimo y el cuidado que se lleva en la creación de estas maravillas.
Cómo funcionan los relojes automáticos
Hoy aquí y ahora vamos a explicarte cómo funciona un reloj automático. El mecanismo de carga de un reloj automático carga y le “da cuerda” reaccionando al movimiento de la mano de la persona que lo lleva. Utiliza la energía cinética para hacer funcionar los ejes, completando un movimiento circular.
Una de las preocupaciones al cargar un reloj automático, es el peligro a sobrepasar el resorte del mecanismo del reloj mecánico, cuando está cargado. Esta problemática se ha solucionado, añadiendo un tope o embrague, que evite que se rompa el muelle principal.
Cuidados de un reloj automático
Una pieza de tan alto calibre merece unos cuidados especiales que alarguen su vida, y nos permita disfrutar mucho más tiempo de ella.
Para lograrlo, es aconsejable seguir una serie de consejos, que ayudarán a mantener el reloj intacto y perfectamente funcional como el primer día.
Uno de los principales problemas, es acercar el reloj a escáneres o máquinas que funcionen por campos magnéticos. Estos campos a una cierta distancia, pueden imantar las piezas que lo contienen.
Al limpiarlo, debe tenerse sumo cuidado, pues el cristal de la esfera puede verse afectado. Para ello, es positivo llevar a cabo la limpieza del reloj de igual manera que si fuesen unas gafas. Es decir, el cristal debe tratarse como una lente, y con una toallita que no deje residuo ni dañe la superficie.
Cuando el reloj vaya a pasar un tiempo guardado y sin utilizar, es necesario recargarlo con cierta periodicidad. Si no, el mecanismo del reloj automático puede perder funcionalidad. Las piezas deben estar bien lubricadas para conseguir un mejor funcionamiento.
¿Y se retrasa?
Por lo general, los relojes automáticos suelen admitir pequeños retrasos de entre 2 y 30 segundos diarios. Un desfase de más de 5 segundos en el ciclo horario diario, es razón suficiente para llevarlo a un relojero que lo revise.
Esto también depende de la calidad del reloj, y del mecanismo que utilice. No es lo mismo un mecanismo japonés que uno danés, por ejemplo. El público indicado puede llegar a pagar miles de euros por este tipo de relojes, con mecanismos exclusivos.
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